Son las plazas adicionales presentes en algunos vehículos "clásicos" (especialmente, aquellos que datan de la década de los 30). Solían ser muy espartanas -sobre todo en su diseño- y se colocaban, por lo general, fuera del habitáculo principal, por lo que el acceso era bastante complicado. Quedaban camufladas bajo una tapa (a modo de maletero), que servía como respaldo cuando se abría.