Fenómeno que se produce cuando el dibujo del neumático es incapaz de evacuar el agua que se interpone entre él y el suelo. Como consecuencia, el neumático pierde el contacto directo con el suelo, desaparece la adherencia y se produce el patinamiento. Este límite se puede alcanzar por diversas circunstancias, especialmente por la combinación de un dibujo escaso o inadecuado, una gruesa capa de agua sobre el asfalto y una velocidad excesiva. Cuando se alcanza el aquaplaning, el neumático "remonta" la ola que forma ante sí cuando rueda, despegando del suelo y rodando sobre un deslizante colchón de agua que no consigue romper ni apartar. No hay que confundir el aquaplaning con la diferente adherencia de la goma con el asfalto seco o mojado. Cuando se produce el aquaplaning, la rueda no toca el suelo, sino que se sube a la delgada película de agua como una plancha de surf sobre una ola. La adherencia entre la tabla de surf y el fondo es equivalente a la que presenta el neumático con el suelo: nula. La diferencia consiste en que el surfista puede dirigir la tabla con su cuerpo, pero, en un coche, sólo queda esperar a que el neumático aterrice y vuelva a recuperar la adherencia antes de que el conductor pueda recuperar el control.