Estructura metálica sobre la que se montan todos los elementos de un vehículo, incluidos carrocería, ruedas, motor y suspensiones. Es el esqueleto del coche y, además de actuar de sostén y soporte, resiste el peso del resto de componentes y las cargas dinámicas que se originan por su funcionamiento. Existen tres tipos básicos de bastidor: autoportante, de largueros y tubular. El más común en la actualidad es el primero, mientras que el segundo, es el más clásico. El bastidor autoportante también se denomina monocasco, porque aprovecha el armazón metálico de la carrocería para formar una estructura a lo ancho y alto. Admite diseños con zonas de absorción de impactos y es más ligero que el bastidor de largueros. Éste está formado por dos vigas longitudinales unidas entre sí por travesaños de acero estampado; sobre ellos se encaja la carrocería. El bastidor tubular está formado por un armazón de tubos soldados entre sí, que adopta la forma de una jaula. A este entramado se anclan, directamente o a través de un subchasis, el resto de elementos del automóvil.