Pieza del sistema de encendido compuesta por dos electrodos a través de los cuales salta una chispa eléctrica de alta tensión que enciende el combustible en los motores de gasolina. Se compone de un cuerpo de acero (en contacto con el bloque del motor a través de la rosca), que acaba en un electrodo central que suele ser de cobre, níquel o platino y que está separado del cuerpo mediante un aislante (generalmente de material cerámico). En el interior se ubica una resistencia que anula posibles interferencias electromagnéticas. Por lo general, un motor tiene una bujía por cada cilindro, aunque algunos fabricantes utilizan dos bujías por cilindro para mejorar la combustión de la mezcla. Cada motor necesita bujías de un determinado grado térmico. Este puede variar entre los 380 grados centígrados o los 800. Por debajo o encima de estos valores la combustión es deficiente. Destacan las "bujías de calentamiento", también denominadas calentadores o bujía de incandescencia. Se usa en los motores de Diesel para caldear la cámara de combustión y facilitar el arranque en frío, no para encender el combustible. Se trata de una bujía provista de un filamento que se pone incandescente al hacer pasar la electricidad que proviene de la batería, proporcionando calor a las paredes del cilindro.